El fin de los samuráis

Está más que claro que los samuráis tuvieron el dominio de Japón durante cientos de años. Especialistas en el arte de la espada y las guerras, grandes devotos a la disciplina y los códigos de conducta. Un mundo complejo que nutrió a Japón de una increíble cultura tradicional. Pero, ¿Alguna vez te preguntaste que fue de estos valientes guerreros? O ¿En qué momento comenzaron a desaparecer? En esta entrada quiero contarte cómo y cuando llegó el fin de la clase samurái, y que fue de ellos después de eso.

Foto: Patrick Vierthaler / CC BY-NC

La era de los samuráis

Para empezar, los samuraís comenzaron a ganar importancia en Japón alrededor del año 1180, participando en guerras y especialmente en conflictos civiles protagonizados por prominentes clanes de la época. Ya desde aquellos tiempos se fue formando una especie de dictadura militar llamada “Shogunato”, conformada por estos guerreros que ejercieron como gobierno de facto durante cientos de años. ¡No hay duda de que el poder lo tenían ellos! De hecho, el shogunato estaba por encima del emperador, quien ya no tenía participación en decisiones.

Los samuráis nutrieron a Japón de una cultura asombrosa y fueron los protagonistas estrella de la historia japonesa por mucho tiempo. Sin embargo después de cientos de años en los que los samuráis gobernaron el país e intentaron mantener la estabilidad del mismo alejados del mundo, las épocas fueron pasando y junto con ellas Japón comenzó a girar hacia un nuevo rumbo.

En el año 1868 llega un nuevo emperador dándole comienzo a la flamante «Era Meiji» , y con ella Japón se envuelve abruptamente en una gran cantidad de cambios necesarios que afectarían de manera muy negativa el estilo de vida de los samuráis.

Nuevo emperador, nuevas reglas

En la era Meiji llegó un nuevo emperador llamado “Mutsuhito”, hoy conocido como el «Emperador Meiji». Después de muchas idas y vueltas, nuevamente la figura del emperador recobró el poder en el país. La capital de Japón, que hasta ese entonces estuvo en Kioto, se trasladó a Tokio, y entre varios eventos consiguieron ponerle fin a la dictadura samurái.

Se abrió el comercio exterior, cambiaron las leyes, y así Japón comenzó a abrirse a las influencias de occidente y a modernizarse para convertirse en una potencia en muy poco tiempo. Repentinamente los samuráis empezaron a dejar de ser necesarios en este nuevo Japón, y por supuesto, llegaron a sentirse abandonados y traicionados.

Hubo rebeliones, conflictos y desacuerdos contra el nuevo gobierno, pero aun así su estatus como guerreros y sus beneficios fueron desapareciendo uno tras otro en pocos años. Por ejemplo, para el año 1871 el gobierno prohibió definitivamente el uso de los peinados y de la vestimenta típica de los samuráis.

Foto: L’oeil étranger / CC BY

Hasta el año 1876 los exsamuráis recibían un sueldo del gobierno, pero justo durante ese año se decidió dejar de darles esa ayuda económica. También en el mismo año se impuso el “Edicto Haitōrei”, que prohibía rotundamente la portación de espadas. Y así las nuevas normas y las prohibiciones hicieron que estos ya llamados “Exsamuráis” terminaran con su estilo de vida como guerreros y buscaran una nueva manera de sobrevivir.

Rebelión de exsamuráis en 1877 – Foto vía Wikimedia Commons / Public domain

Muchos exsamuráis encontraron la oportunidad de meterse en algún cargo político, o de formar parte de la nueva policía de aquellos tiempos. Otros decidían hacer una vida más modesta y dedicarse a hacer trabajos de campo. Aunque otra gran mayoría terminaba trabajando en el ejército del nuevo gobierno como soldados.

Los herreros de katanas también comenzaron a sufrir este cambio, ya que no tenían a quién venderle las espadas que forjaban, y su oficio ya no tenía lugar en la nueva sociedad occidentalizada. Así todo lo relacionado a los samuráis dejó de tener importancia en el nuevo Japón, en donde las prioridades eran actualizarse a los nuevos tiempos y estar a la altura de los demás países.

Forjador de katakanas – Foto: moollyem / CC BY

El legado de los samuráis

Con todo esto podemos imaginarnos lo compleja que fue esta transición de épocas para los samuráis y con seguridad no habrá sido nada fácil adaptarse a una vida completamente distinta. Sin embargo, gracias a estos cambios y muchos otros que se fueron dando en la era Meiji, Japón alcanzó una estabilidad deseada por muchos países. Y si bien pareciera que se dejó a un lado el espíritu del samurai para occidentalizarse, lo cierto es que por fortuna no es así.

Foto: MIKI Yoshihito / CC BY

Personalmente, creo que una vez que esta sociedad alcanzó la modernización, con el tiempo aprendió lo valiosas que son sus las tradiciones, artes, costumbres, y en definitiva sus orígenes. Hoy podemos comprobarlo viendo como cuidan, difunden y adoran sus patrimonios históricos y su cultura tradicional de una manera única y más allá del paso del tiempo. Hoy sabemos que el espíritu del samurai no quedó en el olvido, y que el equilibrio entre nuevo y lo viejo se convirtió una de las grandes especialidades de la sociedad japonesa.

¿Que opinas de todos estos sucesos?

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